Creemos en la importancia de tener una comprensión sólida de nuestra fe, y estamos comprometidos a compartir nuestra convicción en Cristo, la Biblia y los principios del Reino de Dios.
La Palabra de Dios escrita, nuestra autoridad y guía infalible para la fe y la vida.
Leer másEl Creador soberano y amoroso del universo, revelado en la Trinidad de Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Leer másLa persona de la Trinidad que vive en el creyente y lo capacita para servir agradablemente a Dios.
Leer másEl regalo divino de la reconciliación y la vida eterna a través de Jesucristo.
Leer másLos mandatos de Jesús que practica la iglesia en su identificación con Cristo.
Leer másLa esperanza cristiana en la segunda venida de Cristo y la consumación del Reino de Dios.
Leer másLos seres espirituales creados por Dios, electos o caídos que participan en la lucha espiritual de las edades.
Leer másEl compromiso del creyente para vivir en comunión con Dios y glorificarle con su fe y práctica.
Leer másLa tarea imperiosa de la iglesia para propagar las buenas nuevas de salvación en todo el mundo.
Leer másBuscamos aplicar los principios bíblicos en el funcionamiento de nuestra iglesia.
Comienza a leer el evangelio de Juan, un capítulo por día. Si no tienes una Biblia o Nuevo Testamento, puedes leerla aquí. Descubre también los recursos que tenemos a tu disposición para aprender la Biblia.
Creemos en un solo Dios: omnipotente, omnisciente y omnipresente que existe eternamente en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo, siendo uno en naturaleza, atributos, poder y gloria. (Génesis 1:1- 26; Éxodo 20:2-3; Mateo 28:19-20; 2 Corintios 13:14)
Creemos que el Señor Jesucristo es el eterno Hijo de Dios, engendrado por el Espíritu Santo, nacido de la virgen María, y es verdaderamente Dios y verdaderamente hombre. Jesucristo vivió sin pecado, murió en la cruz como un sacrificio substituto por el pecado, resucitó de los muertos corporalmente, ascendió al cielo, intercede por los creyentes y volverá por su iglesia. (Isaías 9:6, 7:14; Lucas 1:35; Juan 1:1- 14, 18; 2 Corintios 5:21; 1 Corintios 15:1-3; Hechos 1:10-11; Hebreos 7:25; 1 Juan 2:2; 1 Tesalonicenses 4:13-18)
Creemos que el Espíritu Santo es la persona de la Deidad quien en esta edad presente convence al mundo de pecado, justicia y juicio; regenera y bautiza en el cuerpo de Cristo a aquellos que creen en él, y mora en ellos sellándolos hasta el día de redención. Creemos que el Espíritu Santo es el Maestro Divino quien guía a los creyentes a toda verdad, y es el privilegio de los creyentes ser llenos del Espíritu y su deber andar en el Espíritu. El Espíritu Santo reparte dones como él quiere para el servicio de los demás y la edificación del cuerpo de Cristo. No estamos de acuerdo con el uso público y privado de los dones de señales hoy en día. (Juan 16:8-11; 1 Corintios 12:13; Efesios 1:13-14, 4:30, 5:18; 1 Corintios 2:13; Gálatas 5:16)
Creemos que Dios creó los cielos y la tierra incluyendo toda vida, cada una según su especie, por acción directa y no por el proceso de evolución. (Génesis 1-2; Colosenses 1:16-17; Juan 1:3; Éxodo 20:11)
Creemos que el hombre (tanto varón como mujer) fue creado perfecto a la imagen de Dios, que pecó
trayendo sobre sí y su descendencia no solo la muerte física sino también la muerte espiritual y eterna que es
la separación de Dios, que todos los seres humanos nacen con una naturaleza pecaminosa y corrompida y
son pecadores en pensamiento, palabra y acción.
Creemos que Dios maravillosamente e inmutablemente crea cada persona como varón o mujer en el
momento de concepción (como definida genéticamente al nacer); que el matrimonio es instituido por Dios y
limitado a un hombre y una mujer en una unión de por vida y exclusiva en la cual la intimidad marital es
honrada por Dios. Creemos que toda unión y actividad sexual fuera del matrimonio como se describe
anteriormente viola el diseño y la voluntad revelada de Dios. (Génesis 1:26-27, 3:1-6; Salmo 51:5; Romanos
1:18-32, 3:10-19, 5:12-19; Génesis 2:22-25; Proverbios 5:15-23; Romanos 1:26-27; 1 Corintios 6:9-10)
Creemos que todos los que ejercen fe personal en el Señor Jesucristo por gracia son nacidos de nuevo por el Espíritu Santo y por lo tanto se convierten en hijos de Dios, y son ahora justificados por la sangre de Cristo, y que desde ese momento están seguros hasta el día de redención. (Efesios 2:8-9; Juan 3:16; Romanos 5:9; Tito 3:5; 1 Juan 5:11-13; Juan 10:28-29)
Creemos que la Iglesia de Jesucristo comenzó en Pentecostés, está compuesta solo de creyentes, es el Cuerpo y la Esposa de nuestro Señor, y se distingue de Israel. El propósito de la iglesia local es glorificar a Dios al edificarse en la fe por la instrucción de la Palabra, por la comunión, por guardar las ordenanzas y por avanzar y comunicar el evangelio al mundo entero. (Hechos 2:1-6, 11:15, 2:41-42; 1 Corintios 12:13; Efesios 5:25-33, 3:31, 4:13-16; 2 Timoteo 2:2,15, 3:16-17; Hechos 2:47; 1 Juan 1:3; Lucas 22:19; Hechos 2:38-42; Mateo 28:19; Hechos 1:8)
Creemos que las ordenanzas bíblicas de la iglesia local son el Bautismo y la Santa Cena (Cena del Señor). Creemos que el bautismo, por inmersión, debe ser administrado solo a creyentes, como un símbolo de identidad: de su fe en la muerte, sepultura y resurrección de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, y nuestra muerte al pecado y resurrección a un nuevo andar de vida, y que es un prerrequisito para la membresía en la iglesia local. Creemos que la Santa Cena es una conmemoración de la muerte de Jesucristo, y debería ser precedido por el bautismo del creyente y auto-examinación solemne. (Mateo 28:19-20; Hechos 8:36-39, 18:8; Romanos 6:3-5; Colosenses 2:12; 1 Corintios 11:23-32)
Creemos en la “esperanza bienaventurada” inminente, el arrebatamiento de la Iglesia antes de la tribulación,
y en el regreso personal, pre-milenial del Señor Jesucristo a la tierra con todos sus santos. (Juan 14:1-3; Tito
2:13; 1 Tesalonicenses 4:13-18, 1:9; Zacarías. 14:4-11; Apocalipsis 3:10, 19:11-16)
Creemos en la resurrección tanto de justos como de injustos, la eterna bendición consciente del creyente en
el cielo con el Señor y en el castigo consciente del incrédulo en el lago de fuego por la eternidad con el
diablo y sus ángeles. (Hechos 24:15; Juan 5:28-29; Mateo 25:46; Juan 11:25-26; Apocalipsis 20:10-15;
Judas 6-7; Mateo 25:41; Apocalipsis 22:5)
Creemos que las Escrituras enseñan que todos los ángeles fueron creados por nuestro Señor Jesucristo. Los ángeles electos son ahora los siervos de Dios y ministran a los santos. Los ángeles caidos siguieron a Satanás en su rebelión y cayeron. Creemos que hay un ser creado y personal llamado Satanás quien es “el dios de este siglo” y “el príncipe de la potestad del aire”, quien está lleno de todo engaño, que continuamente busca frustrar los propósitos de Dios y atrapar a los hombres, y que fue derrotado por Cristo en la cruz y condenado al castigo eterno. (Colosenses 1:16; Hebreos 1:14; 2 Corintios 4:4, 11:13-15; Efesios 2:2; Hebreos 2:14; Apocalipsis 12:9)
Creemos que comunión espiritual verdadera es el resultado de la fe y la práctica en común; que Dios manda al creyente a apartarse de toda apostasía religiosa, de todo placer, práctica y asociación mundana y pecaminosa, y de todo hermano que vive en pecado sin arrepentirse. (Romanos 12:1-2; 2 Corintios 6:14-7:1; 1 Juan 2:15-17; 2 Timoteo 4:2-4; 2 Juan 10-11; Filipenses 3:17-18; Romanos 16:17; 1 Corintios 5:11; 2 Tesalonicenses 3:6, 14-15)
Creemos que la gran comisión de hacer discípulos a todas las naciones fue dada por nuestro Señor Jesucristo como la responsabilidad primordial de cada iglesia y de cada creyente; que esta labor se lleva a cabo a través del establecimiento de iglesias en otras regiones las cuales se reproducen aceptando su responsabilidad del evangelismo mundial. (Mateo 28:18-20; Lucas 24:46-48; Hechos 1:8; Juan 20:21; Hechos 13:1-4, 14:21-25; 2 Timoteo 2:2)